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3 de noviembre de 2013

{Semana 44/52}

Marta - Out of focus


Hay momentos en que ves todo desenfocado. Días en que aunque achines los ojos, no consigues ver nada nítido. Veces en que tu corazón pierde las gafas de lejos y todo se diluye en una mezcla mareante de formas sin definir.
Hay noches en que las luces en vez de iluminar, asustan; mañanas en que el amanecer te hace sentir a expensas y desnuda frente a lo que el día traiga.
Hay trechos en que estás tan cansada, tan frágil, tan exhausta, tan si armas, que te dan ganas de dar la batalla por perdida y marcharte a casa, y esconderte allí y que si te buscan no te encuentren.
Hay horas de cubrirse la cara con las manos y hacer que no estás; en que levantas las manos en señal de rendición y, aún así, la vida no te da tregua.
Cuando era joven me gustaba una canción de Silvio Rodríguez: “Agua me pide el retoño que tuvo empezar amargo… va a hacer falta un buen otoño tras un verano tan largo…” Este verano ha sido árido, hostil, eterno y abrasador para el alma, que ha quedado arrasada. Confiaba en el otoño, y sigo confiando, pero esta semana me he sentido devastadoramente “out of focous”, mirando sin ver, sintiendo difícil lo que hasta ahora se había mantenido medianamente fácil, dudando de si sé hacer lo que hasta ahora había sentido que controlaba.
No pasa nada, en este diario del año hay hueco para todo; no me gusta compartir historias que no transmitan un mínimo de esperanza, pero esta semana busqué y busqué y, como digo, no conseguía ver nada enfocado…


Silvia - El dentista


Siempre he pensado que no hay nada peor que ir al dentista, pero si lo hay: acompañar a tu hija al dentista. Siempre ha tenido la boca pachucha, desde que era muy chiquitita, así que lo nuestro ha sido un ir y venir de médicos hasta que hemos encontrado a una dentista encantadora, que cuando la pincha dice que son los bichos que están en su boca y que ella va a echarla agua para que se vayan de allí. Vamos, un cuento chino que no impidió que se pasara llorando todo el rato. Y yo en una sillita, viéndolo de lejos, en un rincón, sin poder hacer nada. Resulta que unos aerosoles que la dieron de bebé son los causantes de que´tenga los dientes tan débiles. Y cuando terminó el suplicio, la regaló un disfraz de dentista, una mascarilla y un guante de látex, y tan contenta. Así que este fin de semana iba con su mascarilla a todos los sitios y ella era la dentista y sus amiguitos, los pobres pacientes.


Charo - Sobre fantasmas y brujas


Nunca me gustó la fiesta "importada" de Halloween, sobre todo por no considerarla como algo propio. Pero después de mis días en Irlanda, y pasar una noche de Halloween en Dublín y otra en Edimburgo, me di cuenta de lo divertido que es esta fiesta, y que cualquier excusa es buena para que los peques (y no tan peques),  pasen un buen rato. Vale, si, de acuerdo: admito que siento debilidad por lo "irish", y si el origen de esta celebración se remonta a la época de los celtas, aún me gusta más.

Ramón llevaba semanas soñando con su disfraz de fantasma, y para Gadea, que aún no opina (al menos no de forma inteligible), decidí que le iba ni que pintado un disfraz de brujilla.... ¡Pero mi gozo en un pozo!... No hay nada como salir corriendo de casa para no pillar el atasco de turno y dejarte los disfraces en el armario... brrr.. Así que Ramón se ha pasado todo fin de semana esperando a que llegara "jalouin" para disfrazarse, y eso no ha podido ser hasta el domingo por la tarde, cinco minutos antes de entrar en la ducha, "su" particular  momento "jalouin". En fin.


Cachi - Primera vez


Esta semana coincido con mi compañera Silvia.
Primera vez que llevo a los mellizos al dentista, con solo 3 añitos. Todo el mundo me decía que son muy pequeños y que aún no les toca. Pero a la peque le vi algo raro y los llevé para empezar a controlar la mala genética dental que probablemente han heredado de mi. Sus caritas de expectación, de duda...de ganas de tocarlo todo...Y tan pequeñitos ahí sentados, en esa silla tan grande....Lo malo es que se cumplió mi miedo a que alguno tuviera ya caries. Para mi un disgusto porque mi mala experiencia me llevó a prometerme que mis hijos no pasarían por el mismo mal rato. Y he fallado.
Tengo hasta el día en que le hagan su primer empaste para convencer a mi pequeña de que el dentista no da miedo (aunque mamá lo lleve mal)....


Ene - Kantauri Itsasoa  (mar Cantábrico)


Me encantan los días de olas gigantes... aunque parezca contradictorio, me transmiten paz... Me quedaría mirando esas olas gigantescas durante olas, el olor a salitre, el ruido al romper las olas.... Me encanta...

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