Páginas

25 de noviembre de 2013

{Semana 47/52}

Silvia - Princelandia


Cuando Carlota nació pensé que ibamos a hacer muchas cosas de chicas juntas. Ella es muy, muy niña, le encanta ponerse mis zapatos de tacón, maquillarse... Así que ayer sábado, con la imposibilidad de bajar al parque debido al frío otoñal, decidí llevarla a un sitio llamado Princelandia. Princelandia es un sitio algo cursi, todo decorado de rosa, vamos, el paraiso de las niñas. Nuestra sesión se llamaba algo asi como "Spa con mamá" y compartimos una hora muy divertida, en la que nos pintaron las uñas de las manos y los píes, nos peinaron, nos pintaron y nos vistieron de plumas y tutús y las dos juntas, de la manita, desfilamos por una pasarela, mientras un asombrado papá nos hacía fotos. 


Cachi - Primos



Estoy casi segura de que esta foto es una "copia" de otra de cuando yo era pequeña y estaba con mis primos sentada en el sofá de casa de mis abuelos. Es curioso además lo que se parece la rubita sonriente a su mamá (mi hermana) mientras que la mayor es como yo a los 9 años....como si todo se repitiese. Y si hablamos de curiosidades,  hay dos parejas de mellizos. Me encanta verlos juntos porque me retrotrae a mis propios momentos felices con los primeros "mejores amigos" que tuve cuando fui niña. Los primos siempre deberían criarse juntos.


Ene - Zorionak Tia Ione!



Hoy ha sido el cumple de la tía Ione y nos hemos ido a comer a su salud.... no todos los días se cumplen 26 años!!!! dónde quedaron..............ufffff.... Pues eso! que gracias por la comidita y que lo sigamos celebrando!!!! ZORIONAK TIA IONE!!!!


Charo - La Calle
Así es como pasan algunos ratos los peques por las tardes: mirando la calle desde la ventana. - "Mira mamá ahí hay un niño", - dice Ramón - , o Gadea, que es más osada señanala hacia la "pistina"... Estos tres meses de invierno son eternos, hibernando como osos por las tardes después del cole, y mirando la calle desde la ventana. Es el momento de pintar, colorear, hacer garabatos - trabajar como dice Ramón -, ver el pulpo y los peces en la tele, juegos en la bañera, desempolvar las construcciones y los cuentos, hacer galletas, disfrazarnos... pasar las horas en casa, esperando ese ratito de sol del fin de semana para salir a la calle.

Marta - If I could...


Una de las cosas que más echo de menos desde que soy madre es la posibilidad de ir al cine siempre que quiera. Antes íbamos cada domingo, ahora cada salida al cine tiene que ser preparada con antelación, organizar el cuidado de los niños, elegir cada película entre tantas que se quedan en el camino… Por eso, cuando salgo de ver algo que realmente ha merecido la pena, tiene un doble valor.
Esta semana, vi la película “Una cuestión de tiempo”. Y creo que nunca vi una película tan bonita. Quizá, como me apuntó mi marido, “La fuerza del cariño”, que también en su momento me movió el corazón porque me hablaba de cosas tan familiares (nunca mejor dicho). “Una cuestión de tiempo” ha coincidido con varias lecturas que, casualmente, hablan de viajes temporales, y me ha hablado, además, de sentimientos que ahora me son tan necesarios. El protagonista puede encerrarse en un sitio oscuro, cerrar los puños y viajar en el tiempo, siempre hacia atrás, nunca hacia delante, y de modificar un pequeño gesto que, a la larga, supone una modificación de la vida, el tan famoso “efecto mariposa”. Pero lo que me llenó el corazón es la reflexión final, la transmisión del secreto de la felicidad de padre a hijo.
Si yo tuviera ese poder, aparte de lo obvio –volver atrás, impedir que pasaran cosas que ahora sé que pasarían, mantener conversaciones que quedaron pendientes para siempre, decir una última vez “te quiero”- aprovecharía, también, para re-vivir (volver a vivir) cada día, disfrutando de los momentos que en la vorágine de la cotidianeidad me pasan desapercibidos y desaprovecho. Sobre la marcha se me ocurre que disfrutaría más de cosas como: el sabor del café recién hecho cuando amanece y el día aún está por estrenar, en lugar de tomarlo como lo hago, a saltos de habitación en habitación mientras me seco el pelo, elijo ropa y pongo en marcha la rutina; la sonrisa de mis hijos, sus bromas para las que generalmente no encuentro tiempo; los recorridos en metro calentita cuando fuera hace tanto frío; marcar el número de teléfono de mi madre y darme cuenta de lo feliz que me hace poder seguir escuchando su voz, ahora que soy tan consciente de que hay teléfonos que nunca más volverán a sonar; los viajes en coche volviendo de casa de mi padre, cuando ya es de noche, escuchando música con la ciudad en el horizonte al que me dirijo; el tacto caliente de la mano de mi marido, que siempre encuentro cuando tiendo la mía; sentir el frío en la cara y el cuerpo caliente bajo mi abrigo marrón; abrir los ojos por la mañana y sentir que no me duele nada, que mi cuerpo responde aunque sea con la pereza de abandonar el edredón…
Si pudiera... pero no puedo cerrar los puños y viajar hacia atrás, estoy atrapada en el vértigo de ir siempre hacia delante; aun así prometo cerrar los ojos un momento al día y hacer el esfuerzo de saborear al menos uno de estos miniplaceres. Se pasa la vida y no querría darme cuenta de que fui feliz cuando ya sea tarde…

18 de noviembre de 2013

{Semana 46/52}

Cachi - Celebrando.


Esta semana he cumplido 41 primaveras. Juraría que hace poco cumplía 25, pero no me he dado cuenta y de pronto soy una cuarentañera. Bueno, así es la vida y no me quejo. Soplé mis velitas, pedí mi deseo, me regalaron una guitarra preciosa (que tengo que aprender a tocar) y nos comimos una tarta de fresas y arándanos que eligió mi pequeña. Un buen momento para recordar. Estoy encantada con mis 41 (eso no quita que preferiría los 25, ¿eh?). Jaja.


Silvia - Retratando a mis amigos 



Una de las cosas mas bonitas que tiene hacer fotos es retratar a los amigos. Ayer pasé una mañana inolvidable, con mi amiga Sonia y sus peques, dos mellizos de 4 años. Sonia es esa persona que te regala la vida, que pone en tu camino para que pases junto a ella momentos inolvidables y, a pesar de que la he conocido pasados los 40, parece que llevamos toda la vida juntas. A veces pienso que si hubiera tenido una hermana hubiera querido que fuese exactamente igual que ella, generosa, buena persona, siempre anteponiendo los deseos de los demás a los suyos propios, dulce y guapa a rabiar. Estas ultimas semanas no están siendo buenas para ella, un accidente de coche, un choque en cadena del que ella no ha tenido culpa ninguna, la ha dejado muy dolorida y de baja de un trabajo que le ha costado tiempo conseguir. Así que este sábado, con mucho frío y muy abrigados, marchamos al parque para regalarla, a ella y a sus niños, una sesión de fotos. Hay muchas fotos, muy bonitas, pero la que hoy os enseño la define tan bien... No le basta que a su hijo le guste Toy Story, juega y convierte a su hijo en Andy, y al igual que en la película escribe su nombre en la suela del zapato de Woody. Por que si ella está cerca hará todo lo posible para que los sueños de sus hijos y de las personas que quiere se conviertan en realidad.


Charo - Ramón
Esta semana, sin lugar a dudas, ha sido la semana en la que Ramón ha destacado mas que ninguna otra.


Ene - Jugando con la luz.


Tal y como comentaba en el anterior post, ha llegado el mal tiempo. Y con él ha llegado el tener que pensar cómo hacer para entretener a los enanos... Hoy han estado todo el día jugando con los amigos y uno de sus juegos ha sido aprender cómo hacer figuras utilizando la luz y las sombras.... nos lo hemos pasado bien!!! qué tocará el fin de semana que viene????

Marta - Cumpleaños feliz

     
Esta semana, mi sobrino Juan cumplió dos años. Como siempre pasa en los aniversarios, sobre todo cuando aún son tan cercanos a lo que se celebra, el día de su cumpleaños reviví las horas del día que nació. Estaba haciendo mi primera sesión con Al Pajarito y recibí un mensaje de mi hermano “Vamos al hospital”. Las primeras horas de Juan fueron de incertidumbre, me dolió la cara de tristeza de mi cuñada cuando llegué al hospital, porque Juan estaba en la incubadora y no había podido verlo. Ninguna madre debería estar separada de su hijo nada más nacer. Esa fue la primera injusticia que recuerdo de la llegada de Juan al mundo. Recuerdo la ternura de mi hermano cuando lo visitaba en la incubadora, y la emoción de verlo a través de las persianas de lamas, por un agujerito por el que le hice a Juan mi primera foto. Luego vino la vuelta a casa, en su silla de viaje, con aquel abrigo que le hacía parecer un astronauta, momento del que también hice foto. La llegada de mi sobrino fue para mí algo tan esperado… Recuerdo la emoción de ver a mi hermano rellenar los impresos del nacimiento, su mano de artista, tan parecida  a la de mi padre, escribiendo “Juan González Madrid” (también hay foto). Supe que mi hermano sería un padre estupendo, como de hecho lo es, lleno de ternura, paciencia y amor.
Estos dos años han venido cargados de muchos momentos que nos han puesto a prueba, y los padres de mi sobrino los van superando con nota. Los quiero a los tres: me gusta ver que son una familia, me gusta la sonrisa de mi cuñada, esa sonrisa que sólo he conocido después de tener a su hijo; me gusta ver que mi sobrino se siente seguro y amado y feliz cuando está con sus padres; me gusta ver a mi hermano orgulloso de su familia, tan padre, tan compañero, igual que siempre fue tan hijo, tan hermano, tan amigo; me gusta pensar que Juan va descubriendo el mundo y nos reunimos con él para celebrar cada día que ha vivido entre nosotros.
Así que esta semana hubo comida familiar y, aunque no nos hacen falta razones, la razón de esta era de las mejores. Nos falta gente siempre que nos reunimos (mi hermana, que vive lejos; mi padre, que está tan cerca), pero cada reunión con los míos por un motivo de alegría tiene en mi vida un peso específico enorme. Así que gracias también por eso, Juan.

Te quiero, te deseo cumpleaños feliz, cada año de tu vida, por muchos años.

10 de noviembre de 2013

{Semana 45/52}

Ene- Mi niña....


Esta semana ha empezado el mal tiempo y pocas fotos he podido hacer, por lo que no tengo ninguna que me resuma la semana 45... es por ello que he decidido hacer y publicar esta foto, porque me gusta y porque me parece que refleja cómo es Izaro... me encanta mi niña....


Silvia - Queremos una mascota


Esta semana ya hemos empezado a pensar en la Carta de los Reyes Magos y hay una cosa que tenemos clarísima: queremos una mascota. Eso es algo que debemos pensar entre todos los miembros de la familia, no es como un juguete, que podamos dejar olvidado en un cajón cuando nos cansemos de él.  Yo, sé, que quiero una mascota para ocupar el lugar de algo que busco que no viene, Carlota adora a los animales desde que era muy muy pequeña, tener un perro la haría muy feliz. Pero su papá, al que le encantan los perros, se opone abiertamente: Creo que es el mas racional de la familia. Yo soy muy inconsciente, solo pienso en las cosas buenas. Pero, por la noche, cuando se está tan a gustito en el sofá, debajo de la mantita, sabe que a él le tocaría sacarle. Bueno, alguna esperanza, nos puede quedar: le gustan demasiado, hoy en casa de unos amigos, no ha dejado de jugar con ellos.


Cachi - Welcome. Bienvenidos.

                    

No voy a poner una foto mía. He reservado mi espacio, mi semana para celebrar la llegada de dos chiquitines muy especiales y para sus papas, también muy especiales y queridos. Lluc y Roger llegaron a través de una mujer muy generosa que ha hecho que mis amigos cumplan su sueño de ser padres. Me siento afortunada de haber formado parte (aunque sea muy poquito) de la vida de esta bonita familia, que seguro que se harán muy felices los unos a los otros. Me han enviado esta imagen desde California, lugar de nacimiento de los peques y donde residirán unas semanas antes de volver a casa. Que ganas de conocerlos en persona. ¡Bienvenidos!


Marta - Pasear con Jass

Nunca pensé tener un perro. Esa es una de las cosas que me maravillan de Jass, que ha llegado a mi vida en forma de “¿y por qué no?”. Y cuando pensaba en lo que era vivir con un perro, lo que me parecía más tedioso era tener que salir con él mañana, tarde y noche.
Sin embargo, esta semana que Jass ya sale a la calle después de estar vacunado, estoy descubriendo el placer de pasear juntos. Pasear con Jass me regala cada mañana un paréntesis de media hora (no es magia, me levanto media hora antes) en el que no hago camas, ni recojo, simplemente camino con él mirando el mundo a través de sus ojos de cachorro que se sorprende por todo y persigue a las hojas de otoño que ruedan por el suelo.
Me regala un minipaseo después de comer, es corto pero me activa en esa hora que para mí siempre ha sido de sentir que los biorritmos se salían de la gráfica por abajo.
Y, sobre todo, me regala paseos nocturnos con él  y con mi hija. Nunca había paseado tanto con ella. A las dos nos ha aburrido siempre pasear, andar sin ir a ningún sitio nos parece tan absurdo… Sin embargo, ahora sale todas las noches conmigo y compartimos media hora sólo nuestra junto a Jass; me parece un regalo precioso para terminar el día, caminar juntas durante un rato en el que me cuenta sus cosas con esa voz que aún conserva el timbre infantil. Me gusta terminar el día con mis dos cachorros…


Charo - La hora del baño

 
La hora del baño marca el inicio de la rutina nocturna, en esos días en los que hay cole al día siguiente y toca madrugón. Saben perfectamente que después del baño llega la cena (sobre todo Gadea que va escopetada a la trona, mientras Ramón es más remolón), y si se han portado bien un ratito de dibujos, y por último a la cama.
 
En verano es una actividad a la que apenas dedicamos cinco minutos, sobre todo para intentar reducir la costra de las rodillas que se instala ahí durante semanas. Pero ahora, con estas tardes de noche tan eternas, es un momento que estiramos todo lo que podemos, momento en el que se relajan, o si tienen el día gamberro les da por jugar juntos, o más bien, Gadea aguantar las "perrerías" de su hermano. Salen arrugaditos, y Ramón siempre me dice lo mismo: -"mira mamá, mira lo que pasa con mis dedos" -.

3 de noviembre de 2013

{Semana 44/52}

Marta - Out of focus


Hay momentos en que ves todo desenfocado. Días en que aunque achines los ojos, no consigues ver nada nítido. Veces en que tu corazón pierde las gafas de lejos y todo se diluye en una mezcla mareante de formas sin definir.
Hay noches en que las luces en vez de iluminar, asustan; mañanas en que el amanecer te hace sentir a expensas y desnuda frente a lo que el día traiga.
Hay trechos en que estás tan cansada, tan frágil, tan exhausta, tan si armas, que te dan ganas de dar la batalla por perdida y marcharte a casa, y esconderte allí y que si te buscan no te encuentren.
Hay horas de cubrirse la cara con las manos y hacer que no estás; en que levantas las manos en señal de rendición y, aún así, la vida no te da tregua.
Cuando era joven me gustaba una canción de Silvio Rodríguez: “Agua me pide el retoño que tuvo empezar amargo… va a hacer falta un buen otoño tras un verano tan largo…” Este verano ha sido árido, hostil, eterno y abrasador para el alma, que ha quedado arrasada. Confiaba en el otoño, y sigo confiando, pero esta semana me he sentido devastadoramente “out of focous”, mirando sin ver, sintiendo difícil lo que hasta ahora se había mantenido medianamente fácil, dudando de si sé hacer lo que hasta ahora había sentido que controlaba.
No pasa nada, en este diario del año hay hueco para todo; no me gusta compartir historias que no transmitan un mínimo de esperanza, pero esta semana busqué y busqué y, como digo, no conseguía ver nada enfocado…


Silvia - El dentista


Siempre he pensado que no hay nada peor que ir al dentista, pero si lo hay: acompañar a tu hija al dentista. Siempre ha tenido la boca pachucha, desde que era muy chiquitita, así que lo nuestro ha sido un ir y venir de médicos hasta que hemos encontrado a una dentista encantadora, que cuando la pincha dice que son los bichos que están en su boca y que ella va a echarla agua para que se vayan de allí. Vamos, un cuento chino que no impidió que se pasara llorando todo el rato. Y yo en una sillita, viéndolo de lejos, en un rincón, sin poder hacer nada. Resulta que unos aerosoles que la dieron de bebé son los causantes de que´tenga los dientes tan débiles. Y cuando terminó el suplicio, la regaló un disfraz de dentista, una mascarilla y un guante de látex, y tan contenta. Así que este fin de semana iba con su mascarilla a todos los sitios y ella era la dentista y sus amiguitos, los pobres pacientes.


Charo - Sobre fantasmas y brujas


Nunca me gustó la fiesta "importada" de Halloween, sobre todo por no considerarla como algo propio. Pero después de mis días en Irlanda, y pasar una noche de Halloween en Dublín y otra en Edimburgo, me di cuenta de lo divertido que es esta fiesta, y que cualquier excusa es buena para que los peques (y no tan peques),  pasen un buen rato. Vale, si, de acuerdo: admito que siento debilidad por lo "irish", y si el origen de esta celebración se remonta a la época de los celtas, aún me gusta más.

Ramón llevaba semanas soñando con su disfraz de fantasma, y para Gadea, que aún no opina (al menos no de forma inteligible), decidí que le iba ni que pintado un disfraz de brujilla.... ¡Pero mi gozo en un pozo!... No hay nada como salir corriendo de casa para no pillar el atasco de turno y dejarte los disfraces en el armario... brrr.. Así que Ramón se ha pasado todo fin de semana esperando a que llegara "jalouin" para disfrazarse, y eso no ha podido ser hasta el domingo por la tarde, cinco minutos antes de entrar en la ducha, "su" particular  momento "jalouin". En fin.


Cachi - Primera vez


Esta semana coincido con mi compañera Silvia.
Primera vez que llevo a los mellizos al dentista, con solo 3 añitos. Todo el mundo me decía que son muy pequeños y que aún no les toca. Pero a la peque le vi algo raro y los llevé para empezar a controlar la mala genética dental que probablemente han heredado de mi. Sus caritas de expectación, de duda...de ganas de tocarlo todo...Y tan pequeñitos ahí sentados, en esa silla tan grande....Lo malo es que se cumplió mi miedo a que alguno tuviera ya caries. Para mi un disgusto porque mi mala experiencia me llevó a prometerme que mis hijos no pasarían por el mismo mal rato. Y he fallado.
Tengo hasta el día en que le hagan su primer empaste para convencer a mi pequeña de que el dentista no da miedo (aunque mamá lo lleve mal)....


Ene - Kantauri Itsasoa  (mar Cantábrico)


Me encantan los días de olas gigantes... aunque parezca contradictorio, me transmiten paz... Me quedaría mirando esas olas gigantescas durante olas, el olor a salitre, el ruido al romper las olas.... Me encanta...