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11 de marzo de 2013

{Semana 10/52}

Marta - Conversaciones nocturnas


Mi hija tiene un gran sentido religioso de la vida. Tiene en su puerta una lámina de la Virgen de la Almudena, habla de Dios como si fuera uno más de la familia (además dice cosas como “qué listo fue Dios de inventar los semáforos eh????”), reza y conserva ese gesto tan infantil de juntar las manos. A mí, que últimamente estoy bastante molesta con quien sea que mande aquí, este sentido ingenuo de la vida me maravilla, e intento contagiarme de él siempre que puedo. Ayer, la estaba acompañando mientras se acostaba y de repente se santiguó: “En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo” (sé que debería escribirse con mayúsculas, pero como ya digo que yo estoy molesta, pues lo minusculeo). Entonces le digo “¿Quieres rezar?” Dice “Sí”. Le dije “venga, vamos a dar gracias. ¿Tú por qué quieres dar gracias?” “Por todo”, me contesta ella. “Pero, ¿por todo? ¿No por algo que te haga, así, muy feliz?” “No, por todo”, insiste. Por insistir yo también le digo “¿También por las cosas malas?” Y me responde “Sí. Las cosas malas también son buenas”. “¿Por qué?”, quise saber yo. “Porque te hacen aprender”.
¿Cómo puede una persona tan pequeña ser tan grande? ¿Cómo puede saber algo que yo he tardado tantos años en aprender? Vale, se lo hemos enseñado nosotros seguramente, pero son lecciones que yo olvido y ella incorpora a su vida como si nada.
Salí de su habitación después de darle un beso como el que recibe una iluminación (después de la pausa para correr a por la cámara porque tuve claro que ese era mi momento de esta semana).
Luego, al acostarme, me vino una imagen que también me había impactado por la mañana, camino del trabajo. Pasé por la puerta de una iglesia por la que paso cada día, y había una persona pidiendo, como hay tantas ahora, y cantando en voz baja “Gracias a la vida que me ha dado tanto” y, mientras pasaba a su lado, se me sorprendió la mirada. Así que, ya metida en la cama, a pesar de mi enfado con el mandamás, dije yo también “Gracias, gracias”. Gracias por poder vivir momentos como este y darme cuenta de ellos mientras pasan, silenciosos, a mi lado.


Ene Lecciones de vida


Mi madre es una de esas mujeres que no celebra el día de la mujer trabajadora, nunca lo ha celebrado y no creo que lo haga jamás.... y para mí si hay alguna mujer trabajadora esa es ella, las manos marcadas por  todos los años trabajando en el campo y fuera de él... en ese puesto de trabajo que tanto nos ha dado y tan poco reconocido como es el de las amas de casa... 

Es bonito ver cómo las niñas disfrutan escuchándole...tenemos tanto que aprender...


Silvia - La mano que me guía 


Hoy es el cumple de mi papá. Mi papá es genial, es el mejor papá del mundo aunque a veces me riña, porque no  me coma todo, porque no recoja mis juguetes, porque me haga la remolona para ir a dormir, pero sé que papá lo hace por mi bien. Y desde que era un bebé ha velado mi sueño, me ha dado miles de besos, me ha contado cuentos, ha hecho muecas imposibles para arrancarme una sonrisa, me ha agarrado de la mano y me ha enseñado a andar. Ahora toca enseñarme a montar en bici, a nadar, acompañarme al cine, al dentista, grabarme en los festivales del cole. Por eso y por todo el camino que nos queda por recorrer juntos (y con mamá) TE QUIERO PAPA. Que tengas un supercumpleaños muy muy feliz y que cumplas muchos mas, siempre a nuestro lado.



Charo - Su Primer Cumpleaños


Esta semana todo el protagonismo se lo ha llevado la Chiquitina de la casa, y es que eso de cumplir un añito es algo para celebrar, ¡una y mil veces!, tantas como esos mordiscos de Ramón a escondidas a la tarta, los globos que ha perseguido Gadea o los trozos de papeles de regalo que ha degustado... un "sin vivir"...

Así que esta semana ella tenía que ser la actriz principal de la nuestra foto a tres. No podría ser de otra forma.


Cachi - Tio Javi


Si hay algo que me gusta es ver juntas a las personas que más quiero. Esta semana hemos podido disfrutar de mi hermano, el tío favorito de mis niños. Hay un vinculo especial entre ellos, preguntan por él todos los días, y aunque pasamos bastante tiempo separados, es como si estuviese siempre a nuestro lado. Mis pequeños no dudan en regalarle "abrasos fuertes" y besitos en cuanto le ven. Y a mi se me cae la baba, la verdad, porque sé que ese vinculo tan fuerte es heredado de mi. 
Además hemos podido relajarnos en la Ciutadella, un parque precioso tipo Central Park de Barcelona, con tiempo primaveral y dolce fare-niente, tirados en el césped, jugando, riendo y no pensando en nada más que en la belleza del momento. ¡Qué bien nos ha sentado esta semana!.

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